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jueves, 23 de mayo de 2013

Picasso sigue vivo...

Hoy en día, Picasso es uno de los artistas más famosos y reconocidos en el mundo. Fallecido ya hace más de 40 años, Picasso sigue vivo a través de los numerosos museos que le han sido dedicados, a parte de otros modos de difusión de su pintura y de su imagen. Su obra se perpetúa en la actualidad como lo demuestra la futura reapertura próxima del Museo Nacional llevando su nombre en París. Cada semana, podemos leer en los periódicos noticias en cuanto a la obra de Picasso, nuevos cuadros encontrados, nuevas exposiciones… Picasso construyó su propio mito, un mito que hoy día se sigue construyendo. Pero los elementos de misterio alrededor de este “genio” de la pintura del siglo XX se palpan todavía.
El día de su muerte, el 8 de abril del año 1973, la noticia cruza fronteras y circula a través el mundo. Con él, un mundo se apaga. Criticado por números personas estando él en vida, se contrapone a la construcción de instituciones que contribuyeron en modificar la mirada de la gente sobre su obra. Hoy en día, existe no menos de 7 museos en Europa que llevan su nombre (Paris, Antibes, Vallauris, Barcelone, 2 en Málaga y Münster). El Museo Nacional de París inaugurado en 1985 por el presidente François Mittérand es el museo más importante con más de 5000 obras. La institución favorece la difusión de las obras, organizando muchas exposiciones en todas partes del mundo. Así, la excepcional colección del museo le concede un papel central a nivel internacional tanto por la presentación de la obra del artista como por la búsqueda relativa a su vida o a su obra y sobre el arte contemporáneo en general. Está complementaría a la del Museu Picasso de Barcelona que conserva la obra de juventud del pintor. Todos los archivos que conciernen el museo de Paris permitieron reactivar las investigaciones en historia del arte sobre la vida y la obra de Picasso. Los museos y las exposiciones (tal como “Le dernier Picasso” y “Picasso et les maîtres” en Paris) son fuentes de informaciones y descubrimientos para quien se interesa por el artista. Son los primeros contribuyentes en seguir viendo vivo al artista y su obra.
Picasso, evidentemente, sigue vivo no solo gracias a los museos sino también gracias a muchos otros modos de difusión. Las fotografías, como lo han enseñado algunos de mis compañeros, es uno de los modos que Picasso privilegió para crear su imagen social. Hoy en día, las exposiciones siguen construyendo esta imagen de “genio”, de hombre excéntrico y todavía misterioso. La fotografía fue, para el pintor, un laboratorio para la elaboración de su obra. En el mundo actual, el cine es un medio muy importante para vincular idea y construir una imagen común. Para el cine, Picasso fue uno de sus actores. Podemos recordar la película “El misterio Picasso” de Clouzot, en el que vemos Picasso pintar obras hoy en día desaparecidas. Después de la muerte del artista, muchas películas y documentales le son dedicadas: “Sobrevivir a Picasso”, “La Femme qui pleure au chapeau rouge”, o podemos citar la película que prepara Carlos Saura, “Guernica 33 días”, con Antonio Banderas en el papel de Picasso. Y evidentemente, el hombre y su pintura siguen vivos y continúan sorprendiendo gracias a los innumerables libros y las biografías que están publicadas cada año a través el mundo. Recientemente, el famoso historiador del arte John Richardson, empezó una biografía exhaustiva en varios tomos, los cuales ya están publicados. Por supuesto, no tenemos que olvidar la importancia de sus herederos. En efecto, Claude Picasso, el hijo del pintor y de Françoise Gilot, es el administrador de la Picasso Administration creada en 1995. Es esta fundación que gestiona la imagen y los derechos del artista. Gestiona todo lo que se acerca de la obra de Picasso de cerca o de lejos (apertura de una tienda con su nombre, publicación de un libro, rodaje de una película, organización de exposición sobre el pintor y también cualquier persona que quiere usar la obra, la imagen y el nombre de Picasso…). Entonces, Picasso Administration y sobretodo Claude Picasso tienen un papel muy importante por la supervivencia y la imagen del pintor porque estos velan por todo, decidiendo también la manera de pensar y construir todavía el mito Picasso.
Sin ninguna duda, Picasso, tras su muerte, sigue vivo y forma parte en la actualidad del mundo del arte como si estuviera todavía vivo. En efecto, es un pintor tan complejo, extraordinario y enigmático que será siempre el objeto de exposiciones, de películas y otras formas de expresión.
Para mas informaciones :
Gilles Plazy, Picasso, Gallimard, Paris, 2006.

Picasso y Barcelona, deuda saldada

     
     Mi última entrada la dedico a la serie de Imprescindibles que trata sobre Picasso y Barcelona.  


     “Barcelona es donde empezó todo, allí entendí hasta donde podía llegar”. Con estas palabras habla el creador de esta ciudad, consciente de su deuda con ella.

     A pesar de que el artista tras la Guerra Civil no volvió a España si se hizo una exposición suya en Barcelona en 1960 de gran éxito.

     En 1958 Picasso es un artista con reconocida fama mundial pero en España, el régimen de Franco intenta ocultar cualquier rastro del pintor malagueño. Joan y Miquel Gaspar, galeristas importantes lo visitan en su residencia francesa para proponerle una exposición en la capital catalana. Como consecuencia final de este acuerdo, se abre en marzo de 1963 el Museo Picasso de Barcelona.

     Picasso debe mucho a esta ciudad catalana: su primera exposición en solitario, Els IV Gats, el descubrimiento de los placeres y del dolor extremo…experiencias que le sirven como aliciente en su arte.

     El exponer en España es un reto para el artista; su arte, a pesar de ser vetado por el régimen, causa una gran expectación entre el público, lo que causa una gran alegría a Picasso. No quiere volver a España pero Barcelona admira su obra y por ello, en cierta forma vuelve al que fue su hogar.


     Picasso quiso devolver una parte de él  a la Barcelona que tanto le había dado, y que mejor ofrenda que una sección de su obra, y por lo tanto de su personalidad. 

Para saber más...



     Mi siguiente entrada está dedicada a la web de Picasso Administration que me parece imprescindible no sólo como fuente de recursos para el estudio de Picasso sino también para conocer la situación actual de la obra y las exposiciones del artista.


     Uno de los primeros apartados que nos llaman la atención cuando entramos en la web es Ojo el journal donde se publican artículos en torno a la obra de Picasso y novedades en cuanto a inauguración de exposiciones. En concreto, en el número de marzo de este año, Conxita Boncompte Coll estudia el dibujo de Picasso Payesas de Andorra  como una síntesis entre las vivencias previas de Picasso antes de su viaje a Gósol en 1906 y sus experiencias vividas allí, como el punto de partida que luego le permitirá a Picasso realizar Las Señoritas d'Avignon.

     En el apartado Derechos se especifica en qué consiste La Succession Picasso, cómo funciona y los trámites necesarios que se han de realizar para obtener la autorización necesaria para poder reproducir las obras de Picasso.

     Una de las partes más interesantes de la web es la referida a Obras en ella encontramos la genealogía y biografía del artista, así como un mapa donde se especifica los estudios o talleres del artista en diversos países de Europa, acompañado de una breve información al respecto
.


     También destaca El Blog Atmosférico. Aunque, en este caso, el contenido sólo está disponible en francés, es interesante ya que actúa como medio de difusión de breves noticias referidas a la obra de Picasso. El Blog está dividido por temáticas: obras, escultura, pequeñas historias (anécdotas de la vida de Picasso;), comprender la pintura (donde se hace referencia a publicaciones sobre la obra de Picasso), Picasso y los Maestros, el Museo Picasso de París y exposiciones. Por ejemplo, en septiembre de 2011, se hicieron eco de la polémica en torno a la instalación del Guernica en el País Vasco e informaron sobre la inauguración de la exposición en el Museo Jacques Chirac de Sarran (Corrèze) de 42 estudios preparatorios del Guernica.



     Otro de los apartados imprescindibles es Ver y saber donde la web proporciona información actualizada sobre las distintas exposiciones de la obra de Picasso en el mundo, por países y por fechas. También hacen una selección de todos los museos que cuentan con obra del pintor malagueño, una selección de bibliografía básica sobre la vida y obra del artista, anuncian subastas y una serie de recursos entre los que me interesa destacar la Agence photographique[1], que cuenta con un catálogo online de imágenes de obras de arte conservadas en los museos nacionales y regionales franceses.

     Por último, cabe destacar Los archivos donde se recogen una serie de vídeos creados con motivo de la inauguración de algunas exposiciones y artículos que publican investigadores en torno a Picasso. Además también se recoge un apartado en el que se relatan anécdotas de la biografía de Picasso.



     Espero que este breve recorrido a través de los contenidos de la web Picasso Administration os anime a profundizar en ella y a utilizar algunos de los múltiples recursos que ponen al alcance de todos. 



[1] Podéis acceder a la página a través del link del apartado “Webs de interés”

Microcosmos en el Taller del Artista


Es ya sabido por todos y más a lo largo de este curso las numerosas obras que el artista fue realizando a lo largo de toda su vida, pero en ocasiones se dejan de lado otras cuestiones, ¿cuál fue realmente el lugar en el que el “monstruo” se enfrentaba a sus fieras?, ¿dónde creaba y manufacturaba sus obras?, ¿construyó un espacio de trabajo propio, él se identificaba realmente con su taller?

Las casas de los artistas nos hacen plantearnos y reflexionar sobre una cuestión de identidad, entendidas muchas veces como autorretratos de aquéllos, es la convicción de que la arquitectura, sus espacios y lenguajes y, sobre todo, sus contenidos, explican o pueden ayudar a explicar las poéticas del habitar y las maneras, lenguajes y obras de sus habitantes.

Los artistas, han hecho de sus casas y estudios, de sus rincones, lugares íntimos, autorretratos de sus formas de entender el mundo, de proyectarlo o destruirlo. Además, la propia arquitectura y distribución de esas casas, su disposición y lugares, elevados o escondidos, cotidianos o alterados, extraviados o convencionales, se han ofrecido en numerosas ocasiones como retratos o autorretratos no sólo individuales o autobiográficos, espejos del alma de sus ocupantes, sino también como formas de representación o autorrepresentación social y ética.

En este sentido, Picasso desdibujó en numerosas ocasiones su casa, su hogar, ¿pero qué casa, qué taller? Picasso cambió de domicilio en numerosas ocasiones, de ciudad, de país, pero con un espíritu camaleónico demostró adaptarse con facilidad a los diversos ambientes, pasando en todos esos lugares horas y horas soñando, interpretando, creando. Pervirtiéndose con diferentes materiales y técnicas, maltratándolas y vendiéndolas a un buen precio, reinventándose para sobrevivir.

A la hora de contemplar las fotografías que nos han llegado del artista pintando, moldeando o construyendo simplemente, podemos observar la disposición de los lienzos, de las cerámicas, del espacio en general, el cual le dejaba moverse con total libertad pero que a la vez acumulaba y esparcía, exponiendo incluso una serie de objetos de tiempos pasados. Este hecho nos habla de igual modo de su método de trabajar, es decir, Picasso pintó siempre con libertad, escogiendo y deshaciéndose de estilos y etapas y haciendo igualmente un guiño a acontecimientos y momentos pasados.

«Allá donde se encuentre, Picasso vive una vida increíblemente sencilla inmerso en un increíble caos de objetos. Todos ellos son tesoros multicolores, armoniosos, chic, pobres, entrañables u olvidados. Comparten el mismo espacio obras maestras y desechos, que en sus manos se convertirán en nuevas obras maestras. Hierros oxidados, cascotes y huesos aguardan su momento de gloria.» Con estas palabras describía Lee Miller el taller de Picasso, La Californie, Cannes, en torno a 1957. Fue ella a través de un cuidado y estudio fotográfico la que nos ha desvelado el Picasso más privado, tal y como pudimos disfrutar en la exposición de Picasso en Privaso del Museu Picasso de Barcelona en el año 2007.
 
No cabe duda que en estos pequeños universos se forjaron numerosas microhistorias que han hecho cuestionar hoy en día el poder de las  metanarrativas imperantes, generando de este modo nuevos modelos tanto de inclusión  en la comunidad artística como alternativas en las formas de entender y representar desde el ámbito del dibujo contemporáneo los conceptos del habitar.
Sin ninguna duda, la inspiración para publicar esta entrada se ha debido tras mi asistencia al interesante Seminario de Habitar en las Artes - Casas de artistas que se celebró el 13 y 14 de mayo de este mes en la Facultad de Geografía e Historia (UCM) y dirigido y coordinado por el prof. Dr. Delfín Rodríguez Ruíz.
 
 
Para saber un poquito más…
MILLER, Lee, Picasso himself, Londres, 1960

Máscara- personaje/ identidad- maquillaje


En esta entrada veremos una forma distinta a la de Picasso de construir una máscara. Analizamos por lo tanto a la artista fallecida Maruja Mallo (Lugo 1902-Madrid 1995). Esta pintora conforma la antítesis de Picasso; mujer liberada, feminista, trotskista pero anticomunista debido al régimen estalinista, comprometida con la causa republicana.

Como vemos de su personalidad, poco guarda en común con el pintor malagueño, machista y comunista oportunista, estableciendo como lazo común su rechazo al fascismo y su vocación de artistas.

Mallo, a diferencia de Picasso, volvió a España con la democracia y con ansias de cambio, a un país que la tenía olvidada por lo que tuvo que hacerse un hueco en el panorama mediático y artístico para salir adelante. De una de sus entrevistas extraemos el fragmento para esta entrada:


     Personalidad fuerte y peculiar, (Antonio Bonet la compara con Gertrude Stein en su modo de hablar), vemos como se construye su propia máscara en este caso física que esconde el personaje real, juega entre el personaje y su obra. Transporta los personajes de sus verbenas a su propia figura, acentuando sus facciones para potenciar la construcción de su personaje.












Del mismo modo que Mallo comenzaba su “función” cuando se maquillaba, podríamos decir que Picasso tenía este maquillaje siempre puesto, grabado en la piel, para no dar ningún paso sin su análisis mediático. Una forma más sutil pero también evidente de la elaboración de un pastiche de los medios de comunicación y por lo tanto industrializado. 
El mito Picasso en el cine y televisión
 
Siguiendo la huella de la adaptación a la televisión que en 1988 Jean-Cristophe Averty hizo la de obra teatral de la que hablé en mi anterior entrada, esta vez voy a hablar de la relación entre Picasso y el que fuera nuevo invento en su tiempo: la cinematografía. Vamos a comprobar las influencias entre uno y otro y como esta ayuda a la creación del mito Picasso.

La estela de Picasso y su figura ha sido muy utilizada en este arte no sólo una vez Pablo murió en 1973, sino también mientras vivía y producía de una forma vertiginosa. Siendo él el protagonista, se han producido numerosos documentales para descifrar su vida y su obra.

Centrándonos en su obra, uno de los documentales más importantes que hay es el ya varias veces nombrado “Misterio Picasso”. Este es un documental de 1956 donde Henri George Clouzet, ayudado en el guion por el propio Picasso, nos introduce en el proceso creativo de algunas obras creadas por el artista. Así se pudo por primera vez ver como las creaba, pero fue todo una máscara bien pensada por Picasso ya que luego él mismo destruyó esas obras.

Pero hay una de sus obras que destaca sobre las demás a la hora de pasar por la pequeña y la gran pantalla. Esta obra es como no, El Guernica. Muchos son los rodajes que se han realizado para intentar explicar la propia obra o sus influencias cinematográficas, pero para acrecentar el mito ya creado sobre esta y sobre su autor, el cine ha intentado “robar” la obra del Museo Reina Sofía, como se ve en la película: “El robo más grande jamás contado” (2002) de Daniel Monzón. Hablando de robar obras, recientemente se estrenó “La Banda Picasso” (2012) de Fernando Colomo que nos habla del supuesto robo de la Gioconda por parte de Picasso en 1911. Con esto, que ahora se sabe que es falso, se asocia directamente a Picasso con toda el aura que hay alrededor de este hecho en la actualidad; consiguiendo así de nuevo que el mito del artista se acreciente.
 
Son también numerosas las películas referentes a periodos de su producción. El periodo artístico Picassiano que más ha influenciado al cine y viceversa es el cubismo. Al igual que con el Guernica, se nos ha intentado explicar lo que supuso para la historia del Arte esta Vanguardia o las posibles influencias cinematográficas que Picasso tuvo a la hora de hacer sus cuadros de este periodo. En la Galerie Pace Wildenstein de Nueva York se realizó en 2007 la exposición: “Picasso Braque y el cine antiguo en el cubismo” donde se resumió de una genial forma las influencias recíprocas entre estos dos autores cubistas, sus obras y el cine. También debemos citar en la relación entre el cine y el cubismo a Charles Chaplin, quien con sus películas influyó en las obras de Picasso; o la siempre estrecha “colaboración” que hay entre el surrealismo y el cine.

Pero para poder ver la realidad Picassiana en toda su extensión, no podrían faltar las películas referentes a su vida; las biográficas. Estas, se han llegado a producir en gran cantidad y nos ayudan a acercarnos a su complicada vida. Destacar que empezaron a surgir al poco tiempo de su muerte, por lo que se puede llegar a decir que el mito del artista ya estaba creado al poco tiempo de morir en 1973, llegando este mito todavía hasta nuestros días.
Finalmente cabe reseñar las producciones a propósito de la relación de Picasso con las mujeres, donde se nos hace ver la cruda realidad de cómo este las trataba; de una forma misógina y sin respeto. Este aspecto se puede ver en “Sobrevivir a Picasso” (1966) de James Ivory; película basada en las memorias de François Gilot, amante de Picasso. En este film también habrá una parte dedicada a su trato con los galeristas.
Como hemos podido ver, el cine y los documentales han ayudado a continuar con el mito creado alrededor del artista y de sus obras y otras veces, han desenmascarado realidades sobre su comportamiento y figura.

 

Picasso frente a la cámara



     En ocasiones anteriores hemos hablado de cómo el automatismo y la improvisación son características básicas de la imagen de genio creador construida en torno a la figura de Picasso. Características que conocemos gracias a testimonios de sus contemporáneos y, sobre todo, gracias a las fuentes gráficas que conservamos. Entre éstas destaca la película documental El Misterio Picasso, rodada en 1956 por el director francés Henri-Georges Clouzot, una de las pocas ocasiones en las que artista malagueño se puso delante de una cámara.

     El documental se plantea como un intento de descubrir cómo se desarrolla el proceso creativo del artista, la evolución de la obra hasta alcanzar su versión final. Como hemos ido estudiando a lo largo de este blog, Picasso controlaba hasta el detalle la construcción de su imagen pública y este documental le permitió profundizar en algunas de esas cualidades que potenciaba.


      Aparece el artista en su taller, a oscuras, ante sus obras, con una luz tenue que incide en la superficie de la obra mientras que mantiene a la figura del pintor en semipenumbra. En algunas ocasiones, no sólo relega la figura del creador a un segundo plano sino que la elimina casi completamente. A través de ese juego de la transparencia la obra parece surgir de forma independiente, por sí misma.



      En ese juego de creación pictórica, el pintor aparece sentado en el suelo, semidesnudo, con las piernas cruzadas… haciendo clara referencia a esa noción del artista como chamán, como ejecutor de un ritual de naturaleza mágica y misteriosa. La cámara, y con ella el espectador, penetran en la cueva del artista que les muestra los secretos de su arte. La estética del “documental”, incluso su propia caracterización como documental, está muy cuidada y pretende transmitir una imagen clara de cómo trabaja y cómo se concibe la noción de genio.

     Picasso se divierte modificando su obra conforme se materializa, como si él mismo se tratara de un simple canalizador. Mantiene la atención del público realizando cambios inesperados que hablan de un final incierto, imágenes que se superponen para crear otras distintas en una evolución infinita que sólo el pintor es capaz de concretar. A este respecto me parece imprescindible destacar la última obra que realiza en el documental donde juega con las variaciones dentro de la obra, la modifica, introduce el collage, lo elimina… hasta que descubre una composición que le satisface y entonces declara: “Ahora que ya sé, más o menos, donde estoy, cojo un lienzo nuevo y empiezo de nuevo” (video 4).[1]

  A este respecto, me ha parecido interesante comparar el documental con un extracto del documental que François Campaux realizó sobre Matisse en 1946. Mientras que Picasso se convierte en el ideal de genio creador, con un fuerte carácter, impetuoso, impredecible… Matisse se retrata como el ideal de pintor reflexivo, sus pinceladas son rápidas pero fruto de una intensa reflexión previa. En algunas de las fotos que se conservan del taller de Matisse podemos ver cómo para alcanzar esa síntesis de sensaciones, esa expresión del espíritu interior del artista. Matisse dibuja, coloca los modelos en la pared, los contempla directamente, a través de un espejo y, a través de toda esa reflexión llega a una conclusión.


     Es una imagen muy diferente de la del "genio" creador en Picasso, donde la reflexión  forma parte del proceso práctico de creación, convive con la intuición y la improvisación. Quizás ese fuera el motivo que le llevó a no plasmar en palabras lo que quería decir con su pintura, ese temor de que al expresarlo por medio de la palabra perdiera una parte de ese aura mágico e inexplicable que le rodea. 
               

[1] Podéis consultar algunos fragmentos de El Misterio Picasso y del documental de François Campaux sobre Matisse en el apartado “Picasso en video” del blog. 
miércoles, 22 de mayo de 2013

Arte comestible


      Bienvenidos una semana más al blog artístico de cocina vegetariana Vegeart. Esta semana vamos a elaborar un cuadro de Picasso, Mujer con boina y vestido de cuadros de 1937.

Tiempo de preparación: 3 horas (es un cuadro con muchos detalles)

Para ello necesitamos:
2 rebanadas de pan de molde y 2 de hamburguesa
1 manojo de espárragos trigueros
1 pimiento rojo, 1 verde y 1 amarillo
1 berenjena
1 huevo cocido
4 tranchetes de queso
2 zanahorias
3 mazorquitas
2 aceitunas negras
1 remolacha grande



     Preparación: se corta en juliana y se hacen a la plancha todas las verduras, excepto la berenjena que se emplea para la sombra de la cara cortando una parte en tiras anchas.

     Se recorta el pan con la forma de la figura (para ello nos ayudamos de un papel calco con la obra). A continuación se colocan los tranchetes siguiendo la forma del pan y poco a poco se van añadiendo las verduras con la forma que tiene en el cuadro. Es recomendable tener el modelo cerca para saber donde va cada elemento.



     Por último, nos ocupamos de los detalles más pequeños con las aceitunas y el huevo cocido. Añadimos el fondo con rodajas finas de remolacha.

     Bon appétit!

¡Un momento!¡Esto no es un blog de cocina, sino de arte!

En esta entrada quería abordar el tema de la mercantilización del arte y de cómo cambia su concepción primigenia al descontextualizarlo.

Durante el curso hemos analizado el Guernica y de como este mural (que no cuadro) ha perdido su significación original estrictamente política para convertirse, hoy en día, en un objeto más de la mercantilización del arte, al poder comprarlo impreso en una camiseta o en un imán para nevera.  

De este modo, toda obra de Picasso, al ser un mito, es susceptible de ser mercantilizada. Mediante el experimento de convertir este retrato en una receta culinaria, hemos cambiado el concepto de este cuadro, contribuyendo a su reproducción sin significado alguno.

Este lienzo fue realizado en 1937, el mismo año que el Guernica. Época convulsa, en la que España estaba inmersa en su Guerra Civil y el antisemitismo nazi crecía por momentos en Europa. Con la cotidiana presión de los acontecimientos sobre el individuo, la forma se convierte para Picasso en arte de la resistencia.

Es un momento complicado para el artista también a nivel personal; su relación con Marie-Thérèse Walter se encuentra en crisis, lo que refleja en sus obras.

Como vemos, son muchos los factores negativos que influyen en este periodo del artista, lo que dan a la obra una significación concreta, fruto del panorama político-social existente y de su complicada situación personal.  Al hacer de este lienzo una receta de cocina, le estoy despojando de todos estos elementos que son los que han conformado el cuadro, convirtiéndola en una imagen vacía, sujeta a la mercantilización y banalización del arte.

Con esta reflexión no pretendo criticar cualquier tipo de reproducción artística, sólo es un ejemplo distinto para comprobar cuantos métodos existen para retirar a una obra su carácter primigenio, siendo la producción de Picasso más sensible que otras al conformar un mito construido. 
martes, 21 de mayo de 2013
 

Picasso y “Lé Désir attrapé par la queue”

El teatro fue sobre todo desde el siglo XVII, una manera diferente y subjetiva de expresar la realidad. Sabiendo esto, no es raro pensar que Picasso escribiera una obra teatral para enmascarar la realidad que en esos tiempos se estaba viviendo en el París de los años 40.

El Deseo atrapado por la cola” o “Le Désir attrapé par la queue”, como originalmente nombró Picasso a su obra, fue escrita entre el Martes 14 de Enero de 1941 y el 17 del mismo mes en un París bajo la ocupación Nazi acaecida entre Mayo de 1940 y Diciembre de 1944. Este hecho histórico fue la mayor influencia del artista para crear su obra, ya que el tema principal de la obra, organizada en 6 actos, era una farsa surrealista y delirante sobre la ocupación Alemana y sobre las situaciones de penuria que generalmente ocasionaban los episodios bélicos en los civiles; como los sufridos también durante la Guerra Civil Española. Otro tema que Picasso quiso reflejar en la obra eran los amores y desamores de las personas; tema que seguía la propia biografía de Picasso que en esos momentos estaba empezando a apartar a Dora Maar de su vida. Como dato, cabe destacar que estéticamente la obra surrealista no gustó a Gertrude Stein, galerista cubista de Picasso, la cual expresó su indignación ante la misma.

Pero lejos de ser representada inmediatamente después de su creación, esto no se produjo hasta el 19 de Marzo de 1944 en la casa de la familia Leiris, amigos estos del malagueño. Este hecho se pudo deber a múltiples circunstancias, pero en ese mes y año, la ocupación estaba próxima a su fin gracias al desembarco de los aliados por lo que su puesta en escena ante múltiples personas importantes de la vida política y social francesa, sirvió para satirizar la ocupación y dar énfasis al fin de esta.

Entre los actores y el público que asistieron a esta representación, precedida de numerosos ensayos previos, estaban como he dicho, personajes importantes de la vida pública francesa de ese tiempo. La gran mayoría de ellos eran miembros del partido comunista Francés, aunque también había algunos filósofos y escritores, como los que formaban parte de la revista clandestina “Lettres Françaises” y editores que ayudaban a publicar la literatura anti fascista creada en estos años de guerra. Entre el primer grupo podríamos subrayar a Paul Éluard, George Huguet o Jacques Lacan y en el segundo a filósofos como Sartre. Destacaba entre los editores Jean Aubier. Entre este selecto público asistente también se podían ver las caras de algunos miembros del Musée de l’homme de Trocadero, personas y sitio de máxima importancia para su etapa cubista, y amigos de Picasso como Braque, Henri Michaux o María Casares.

Pero entre estos asistentes sobresalieron 3 personas. La primera de ellas, Max Jacob, por su ausencia. Este escritor, amigo íntimo de los primeros años de Picasso en Paris, murió en el campo de concentración de Drancy tan solo dos semanas antes de la representación de la obra y a él quiso dedicarle Picasso la primera puesta en escena colocando un retrato suyo en la chimenea de la habitación donde se estaba realizando la obra. La segunda persona fue el filósofo Albert Camus, escritor en “Lettres Françaises”, que se encargó de dirigir la obra.

La tercera persona a destacar fue, como no, un fotógrafo. Brassaï fue el que se encargó de realizar el reportaje fotográfico de los participantes y espectadores para su posterior publicación y con ello, su repercusión política y social. En la foto, datada del 16 de Junio de 1944 en el estudio del artista; en el número 7 de la rue des Grands Augustins, se encuentran de pie y de izquierda a derecha: Lacan, Cécile Eluard, Pierre Reverdy, Louise Leiris, Zanie Campan, Pablo Picasso, Valentine Hugo y Simone de Beauvoir. Sentados y de izquierda a derecha: Sartre, Camus, Michel Leiris y Jean Aubier.

 


En 1945, al librarse París de la ocupación Alemana, Picasso decidió imprimir una edición facsimilar en la editorial Galimard; edición que tuvo mucho éxito y con la que se expandió su obra al resto del mundo. Gracias a esta, la obra se representó en inglés y en el ICA de Londres en 1950 y cuatro años más tarde en Nueva York. Además se tradujo la obra al alemán y al búlgaro y se adaptó en 1988 para la televisión francesa. Más recientemente en el 2009 hubo una exposición en el círculo de Bellas Artes de Madrid, cuyo catálogo se puede consultar para obtener más información.





lunes, 20 de mayo de 2013

Reflexionemos sobre la construcción del mito y sus agentes externos en clave femenina


Un mito… ¿cómo se construye un mito? ¿Acaso es sólo cuestión del mismo o hay agentes externos que contribuyen a esa construcción? Indudablemente esta concepción no existe sin un “Otro”, que en realidad son muchos otros que contribuyen a ello. Nosotros somos “otros” al tratar en este caso el Mito Picasso, porque si no hablásemos de él, no sería un mito, caería en el olvido.

               En esta entrada quiero reflexionar sobre la cuestión del “Otro”, o más bien de la “Otra”, y es que Picasso sin sus mujeres no sería un mito, aunque le pesara. El problema radica en este uso de la otra, en un segundo plano, dejado de lado, problema inherente en la mujer a lo largo de su historia. Dejemos por un momento la figura de Picasso, para verlo con otra perspectiva abordando a una artista, en este acaso Frida Kahlo.Frida Kahlo

Frida, pintora mexicana, cuyo arte empezó a ser realmente valorado a partir de 1970,  dos décadas después de su muerte. Su figura ha sido eternamente ligada a la de su marido y también pintor, Diego Rivera, hasta el punto de que cuando buscamos imágenes de la artista, la tercera búsqueda relacionada en la web es “Frida Kahlo cuadros”, pero la primera es ocupada por “Frida Kahlo Diego”.  Lo mismo ocurre si buscamos información en la famosa enciclopedia web “Wikipedia”; seguido de su oficio como pintora, las siguientes frases se ocupan sobre su vida personal que adjunto a continuación:

“Casada con el célebre muralista mexicano Diego Rivera, su vida estuvo cruzada por el infortunio de una enfermedad infantil y por un grave accidente en su juventud que la mantuvo postrada durante largos periodos, llegando a someterse hasta a 32 operaciones quirúrgicas. Llevó una vida poco convencional, fue bisexual y entre sus amantes estuvo León Trotski. Su obra pictórica gira temáticamente en torno a su biografía y a su propio sufrimiento. Pintó unas 200 obras, principalmente autorretratos, en los que proyectó sus dificultades por sobrevivir. La obra de Kahlo está influenciada por su esposo el reconocido pintor Diego Rivera, con el que compartió su gusto por el arte popular mexicano de raíces indígenas, inspirando a otros pintores mexicanos del periodo post-revolucionario.”


No es que esté dando como única fuente de información y exquisitamente académica a Wikipedia, pero sí nos sirve para hacernos una idea de la concepción que se tiene de la artista en este caso y del resto de mujeres artistas. No olvidemos que esta web es la más visitada de internet para buscar información y, por lo tanto, su repercusión en la sociedad es indudable.

Como vemos, parece que la obra de Frida se determina por la figura de su marido y sus circunstancias personales, no por sí misma.

Comparemos ahora la información relativa a Diego Rivera:

“fue un destacado muralista mexicano de ideología comunista, famoso por plasmar obras de alto contenido social en edificios públicos. Fue creador de diversos murales en distintos puntos del centro histórico de la Ciudad de México, así como en la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, y en otras ciudades mexicanas como Cuernavaca y Acapulco, así también algunas otras del extranjero como San Francisco, Detroit y Nueva York.”

¿Acaso vemos alguna alusión a su vida personal o a Frida? En absoluto. ¿Por qué la obra de ella tiene que estar influenciada por su marido y esto no es reciproco?

Analicemos ahora mi propio lenguaje: en un primer momento me he referido a Pablo Picasso por su apellido, pero sin embargo a Frida Kahlo la he citado con únicamente su nombre. No es el único ejemplo, pensemos en como nos referimos a Diego Velázquez, Salvador Dalí y como nos referimos a Remedios Varo, Ángeles Santos y  Maruja Mallo, en el caso de esta última artista en su biografía siempre se incide en su relación con Alberti pero al analizar la biografía del poeta su relación carece de relevancia.

No debemos obviar el papel de las mujeres de Picasso, porque además de ser artistas, fueron una fuente de inspiración para él, como bien podemos comprobar en sus obras. Por ello, contribuyen de forma directa a la construcción del mito. Ellas fueron su fuente de inspiración, sus modelos y, seguramente, también sus críticas más directas e intimas.

El problema radica en que simplemente no nos damos cuenta de esto. Es hora de dar un giro a nuestras concepciones y de dar a las mujeres el papel que han tenido en la historia, en este caso la historia del arte.



               (Soy consciente del blog de las compañeras “Ellas sin Picasso”, pero me parecía relevante hacer una mención especial a su papel en la construcción de mito y el papel atribuido a las mujeres en el arte)

Picasso News

Hoy en día, la vida y sobretodo la producción artística de nuestro artista malagueño es conocida en cualquier rincón de los cinco continentes, siendo miles las copias que podemos encontrar repartidas por las principales ciudades predominantes en el panorama del arte contemporáneo. Así como centenares de libros publicados, inventarios y catálogos de exposiciones, sin olvidar las fotografías que retratan y captan peculiares e íntimos pasajes de la vida de Picasso, tal y como hemos visto en antiguas entradas ya publicadas por parte de mis compañeros. Pero, ¿cómo en cuestión se ha fraguado este éxito a lo largo del tiempo?, ¿fue igual en vida?, y ¿de qué modo se ha mitificado?
Para responder estas preguntas debemos remitirnos a las fuentes, y porque no a la prensa escrita, fuente documental que en algunas ocasiones es olvidada en la historiografía moderna. En esta entrada y de forma muy significativa quiero dejar constancia de la aparición y presencia de Pablo Picasso en los medios de comunicación de masas, ya no solo a nivel nacional sino también internacional, queriendo de esta manera reflejar la proyección de su figura hacia la cima de un arte de vanguardia.
 




Uno de los ejemplos más significantes y que más ha suscitado mi atención, ha sido uno de los artículos realizados en el Life Magazine. El fotógrafo Robert Capa visitó el 2 de Septiembre de 1944 a Picasso, dos semanas después de la Liberación,  en su estudio en París. En el artículo se afirma que Picasso abría su estudio al público todos los días a las 11 de la mañana, siendo visitado por amantes del arte y por leales soldados españoles que apoyaban al ejército de la Francia Libre.
                                 

Por otro lado la revista LOOK es una publicación bimestral, de gran circulación, publicando en los Estados Unidos desde 1937 hasta 1971, el contenido se centra más en las fotografías de los artículos. En este caso Capa fotografió a Picasso, a su esposa Françoise Gilot y a su hijo Claude en la casa de la playa de Golfe-Juan, en agosto de 1948. El artículo que fue publicado en 1949 consta de 15 imágenes también estando presente la figura del fotógrafo húngaro Robert Capa. En dicho escrito no queda duda la intención que se quiere reflejar, otorgando al artista un carácter de hombre familiar y paternalista responsable que compatibiliza sus vacaciones de verano con su insaciable producción artística.
 
Posteriormente y dando un repaso a la hemeroteca he hallado uno de los últimos reportajes escritos mientras Picasso estaba en vida. Se trata de una retrospectiva  de toda su obra y el estado en el que se encontraba en ese momento el artista. Fue publicado en el año 1971, dos años antes de su fallecimiento, por Henry Miller, uno de los biógrafos que han determinado la trayectoria artística en el mercado del arte de nuestro protagonista.  En ella aparecen curiosas instantáneas en el que ya el maestro se encuentra desgastado pero que sigue manteniendo su mirada enigmática, una máscara añadida hasta el día de su muerte.
 
Es obvio con estos tres ejemplos que la proyección al estrellato de sus obras fue acusado ya en su madurez pero que continuó hasta el final, perviviendo incluso hoy en día hasta nuestros días en diversas publicaciones y artículos, pero en este sentido están más relacionados con futuras exposiciones picassianas que con aspectos de su vida y obra. La prensa de este modo se convirtió para Picasso en un aliado incomparable en el marco internacional.

 
sábado, 18 de mayo de 2013

"Cézanne, mi solo y único maestro"



     “¡Si conoceré yo a Cézanne! ¡Ha sido mi solo y único maestro! Aciertan ustedes si piensan que he analizado a fondo sus lienzos… He pasado años estudiándolos… ¡Cézanne! Era como el padre de todos nosotros. El era quien nos protegía…”[1] Con esa convicción expresaba Picasso el profundo vínculo que compartía con el pintor francés cuya fama y prestigio había aumentado progresivamente en los años posteriores a su muerte.


      Aunque antes de su muerte a Cézanne ya se le adjudicó una sala de exposición propia en el Salón de Otoño de 1905, fue tras    su fallecimiento en 1906 cuando se empezó a valorar su obra. Su primera exposición individual se produjo ese mismo año, en la Galería Bernheim Jeune, y en el Salón de Otoño de 1907 tuvo lugar una gran retrospectiva, que coincidió con la publicación de su correspondencia con Émile Bernard.


      Desde esos primeros momentos, se hace evidente el deseo que Picasso mantuvo durante toda su vida de vincularse al artista francés. Incluso intentó, en numerosas ocasiones, lograr la aprobación de Ambroise Vollard, quien había sido galerista de Cézanne.

     Picasso siempre creyó mantener una profunda conexión con el maestro francés, conexión que iniciaba con la identificación de sus propios nombres. Picasso convirtió a Cézanne en su maestro, en una figura paternalista que, a través de su propia experimentación, habría iniciado el cambio hacia una nueva experiencia estética. Vinculándose a Cézanne, Picasso intentaba introducirse dentro de la estela cezanniana y encontrar un punto de apoyo a partir del cual               desarrollar su propia experimentación.


     Cézanne organiza la composición de sus cuadros creando una perspectiva ambigua, lo que Merleau-Ponty denomina la “perspectiva vivida”, real, que cambia cuando el ángulo de visión del espectador varía. De esta forma, Cézanne eliminaba la noción tradicional de la perspectiva única y plasmaba “la suma de perspectivas de una escena que se habían acumulado en su subconsciente durante mucho tiempo”. En el caso del Picasso cubista, ese distanciamiento con respecto a la perspectiva única, le lleva a desarrollar la simultaneidad espacial que no es sino un paso más en la representación de la realidad.
                             
 Picasso, Composición con calavera, 1908 
          
Cézanne, Naturaleza muerta con cráneo, 1896-98

     En ese sentido, Picasso y Cézanne también comparten ciertas similitudes con respecto a su concepción de la pintura y, sobre todo, con respecto a su valoración de la actividad pictórica. Ambos artistas juegan con la idea del pintor como creador solitario, prefieren el diálogo directo y privado con la obra. Es conocido que Cézanne no permitía a nadie el acceso a su taller mientras pintaba y Picasso va a adoptar ciertos rasgos de ese ritual de la creación pictórica.
    Pese a sus similitudes, mientras que Cézanne empleaba una forma de trabajar más reflexiva y pausada, Picasso siempre prefirió la espontaneidad, la inmediatez y la improvisación, nociones que se reforzaron en sus relaciones con el Surrealismo. Cézanne era un pintor reflexivo, tardaba numerosos días en finalizar sus cuadros, su proceso de creación era tan pausado que en muchas ocasiones, mientras pintaba, presenciaba la putrefacción de la fruta que empleaba en sus bodegones. En Picasso siempre está presente la idea de improvisación, de cambio. La obra cambia conforme la ejecuta, tal y como se puede observar claramente en las fotografías que documentan la creación del Guernica. En ese caso, el pintor introduce modificaciones sobre el mismo mural, modificaciones que hablan de una obra en constante movimiento, en constante cambio, en constante evolución.

     En conclusión, pese a sus diferencias, es evidente que Picasso admiró siempre la obra de Cézanne e intentó adoptar el papel de sucesor del gran maestro francés. No podemos saber si fue fruto de su deseo de aprovechar la estela de Cézanne para lanzar su propia carrera artística o fruto de una sincera admiración por el artista francés, seguramente ambas opciones tuvieron un peso importante en la decisión de Picasso de mantenerse siempre tan cercano a la figura de Cézanne.



[1] Brassaï, Conversaciones con Picasso, Madrid, 1966, p. 108